El taoísmo es la segunda de las grandes filosofías nativas. El término Tao, en el taoísmo filosófico tiene tres significados unidos entre sí: el mundo natural; la libertad espontánea ante las convenciones sociales; y, lo más importante, la realidad absoluta, la esencia y la fuente de vida que impregna todos los fenómenos.
Si el cielo y la tierra duran siempre es porque no viven para sí mismos. El sabio avanza al retroceder; al descuidarse, se conserva. Como no busca su propio provecho, todo tiende a su provecho.
Sin salir por la puerta se puede conocer el mundo, todo el mundo; sin mirar por la ventana, es posible darse cuenta de las vías del cielo, o principios que rigen todas las cosas. Cuanto más lejos se va, menos se aprende.
La sabiduría milenaria china contiene desde notables ejercicios de gimnasia y respiración hasta sofisticadas prácticas sexuales para el amor; todo ello está impregnado por la idea del Chi o energía. China alberga formas espirituales antiquísimas, pero en el siglo VI a C. aparece una obra de cinco ideogramas: "El Libro de la Vía y de su Virtud" o Tao te Ching, que iba a dejar una profunda huella en la espiritualidad china y hoy se ha convertido en uno de los mayores clásicos de la literatura mundial. De su autor, Lao Tse, apenas se sabe nada más que leyendas. Sus contemporáneos Confucio y Chuang Tsu, los otros grandes filósofos chinos, lo citan a menudo bajo el nombre de Lao Tan en pequeñas fábulas en las que sus agudas réplicas son otros tantos consejos para despertar a la vida (a la verdadera vida).
Existe el No-Hacer, pero él, es el Nada dejado de Hacer,
Acción en la Inacción,
Es seguir haciendo, mientras no hacemos nada.
TAO es el Todo y también es la Nada, increíblemente está en nosotros, a nuestro alrededor, somos parte del TAO. Todo posee TAO, es el gran origen, el gran vacío, la gran Nada, es una gran dimensión, que engendra todos los seres, más no es engendrado.
Es decir, que da nacimiento a todas las cosas, pero quedan en Él y Todo es el gran TAO con Él mismo.
Para descubrir a TAO de nada valen los libros, ni ceremonias, ni la razón, ni el estudio. TAO es no sólo la contemplación pasiva de la naturaleza, es también nuestra activa identificación con ella.
Es una búsqueda del "camino" a través del cual el Universo se expresa y actúa. Es la fuerza o virtud, la capacidad de realización, una eficacia en la acción. Es el principio de toda energía, es la naturaleza misma, lo que todo adepto debe poseer, es el contacto con la naturaleza y armonía con las leyes cósmicas.
No hay otro ejemplo en la historia de la cultura humana, de un intento más vasto y ambicioso que este.
"Lo más dificil es la capacidad de ver, ver significa simplemente, sinceridad, sin engañarse, porque ver es cambio". Wu Chi
¿QUÍMICA O ALQUIMIA?
"Le preguntaron al Maestro cuál era la diferencia entre la química y la alquimia en las relaciones de pareja y contesto estas hermosas y sabias palabras:
Las personas que buscan "Química" son científicos del amor, es decir, están acostumbrados a la acción y a la reacción.
Las personas que encuentran la "Alquimia" son artistas del amor, crean constantemente nuevas formas de amar.
Los Químicos aman por necesidad.
Los Alquimistas por elección.
La Química muere con el tiempo,
La Alquimia nace a través del tiempo...
La Química ama el envase.
La Alquimia disfruta del contenido.
La Química sucede.
La Alquimia se construye.
Todos buscan Química, solo algunos encuentran la Alquimia.
La Química atrae y distrae a machistas y a feministas.
La Alquimia integra el principio masculino y femenino, por eso se transforma en una relación de individuos libre y con alas propias, y no en una atracción que está sujeta a los caprichos del ego.
En conclusión, dijo el Maestro mirando a sus alumnos:
La Alquimia reúne lo que la Química separa.
La Alquimia es el matrimonio real, la Química el divorcio que vemos todos los días en la mayoría de las parejas.
"Comencemos a construir relaciones conscientes, pues la química siempre nos hará envejecer el cuerpo,
mientras la alquimia siempre nos acariciará desde adentro".
Alegoría histórica del desaparecido continente de la Atlántida
"En el silencio de la noche, el "Atlante" escuchaba una voz misteriosa que se resolvía en dos notas ascendentes, que se repetían sin cesar, un canto rítmico como el de la ola que se quiebra y luego se repliega sobre la playa. Esas dos notas decían: "TA-O"... "TA-O"... Entonces el "Atlante" tenía la sensación confusa de que esta voz era la de un Gran Ser que respira en todos los seres, y él repetía, dominado de un sentimiento de adoración sencilla "TA-O"... "TA-O"... Y aquello constituía toda su oración, pero ella contenía, en germen, el presentimiento de todo cuanto hay de más sublime y profundo en toda religión".
