Su nombre es Marcelo, argentino de descendencia española, se observa su pasión y el amor de su práctica que en definitiva es lo que contagia, no tuve que esforzarme mucho para darme cuenta sino que en unos minutos me lo demostró con su actitud y conducta postural.
Vine hasta aquí a saber un poco más de esta sorprendente relación entre argentinos con el Tai Chi Chuan y el Taoísmo, que ha llevado ya desde hace varios años a ser muy recomendado por médicos y especialistas de la salud.
Mis inicios se remontan al año 86 con mis primeras prácticas de Hatha Yoga, a la par de Tai Chi Chuan, en la Gran Fraternidad Universal, En ese momento tenía 17 años y era muy difícil sostener la dedicación y la constancia, por la edad y el contexto social de la época. A pesar de lo que te cuento en el año 89 ya estaba dando clases de Yoga, una experiencia muy bonita y sensible.
Para el Tai Chi hubo que esperar hasta el 94, hoy me doy cuenta que son 30 años de práctica, justamente la dedicación y la constancia con las que luché en los comienzos es lo primero que les pido a los practicantes, debido a las primeras dificultades que se suscitan en este tipo de caminos de autoconocimiento.
Toda enseñanza tradicional basada en los principios cosmogónicos de la observación y sintonización con las leyes que rigen nuestro destino encuentra su sentido justamente en eso, en la búsqueda y reconocimiento de nuestra existencia. Para eso utilizamos el Tai Chi, simplemente como excusa perfecta para buscar en el corazón más profundo la respuesta a la razón de nuestro transitar por este planeta.
El Tai Chi nos da esa posibilidad de conectar con esas cuestiones que iguala a todos los seres humanos, desarrollo de la razón, la inteligencia y la conciencia.
La práctica constante y una férrea voluntad son los pilares a desarrollar en los primeros pasos, que suelen ser titubeantes y cautelosos, sin embargo no pasa mucho tiempo para que el cuerpo comience a manifestar pequeños progresos físicos y capacidad de concentración, logrando que el desgano y la anomia den paso a la alegría y la aceptación de un espacio interno buscado para sentirse pleno y a gusto.
Es una experiencia diferente a muchas prácticas gimnásticas, se trabaja todo el tiempo en busca de lograr un cuerpo saludable, una mejor y más profunda respiración, fortaleza muscular y apaciguamiento mental.
El Tai Chi Chuan fue adoptado por los taoístas, los conceptos taoístas del yin-yang tienen absoluta correlación con la práctica de este arte como también con su filosofía. El taoísmo puede ser religioso, filosófico y práctico, nosotros tratamos de amalgamar estas tres corrientes del pensamiento poniendo en acción el principio Wu-Wei “sin hacer haciendo”.
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